Nuestra Historia
La Institución Educativa Pedro Estrada, ubicada en el barrio San Fernando, Municipio de Itagüí, departamento de Antioquia , inicia labores en el año de 1954, ofreciendo educación para la básica primaria. Solo en el año de 1959 fue aprobada mediante la ordenanza Departamental Nº 21.
La institución lleva este nombre en memoria a Don PEDRO ESTRADA GONZALEZ, ciudadano ejemplar nacido en itagüí, quien con su legado de valores como el trabajo, humildad, honestidad y servicio , se constituye en el mejor ejemplo a seguir.
La institución educativa de HOY, fue conocida cariñosamente por toda la comunidad como “LA ESCUELITA PEDRO ESTRADA “ hasta el año 1994.
Inicios de la ESCUELITA PEDRO ESTRADA
Solo a partir del año 1995 se da inicio a la básica secundaria, con el grado 6º, hasta completar en el año 1999, el servicio a la comunidad desde preescolar a noveno grado. En el año 2001 surge el gran interés de la comunidad por la educación Media (el grado 10º y 11º), lo cual llevó a que directivos y docentes estructuran el plan de estudios y se estableciera la gestión para la aprobación con la secretaría de educación municipal, el aval y acompañamiento de la Universidad Eafit, haciendo realidad el sueño a 54 jóvenes que se convirtieron en el año 2003, en la primera promoción de bachilleres con especialidad en INFORMÁTICA. En la actualidad la institución cuenta con un equipo humano de 40 docentes, 3 directivos docentes y una población de 1300 estudiantes, además ofrece como proyección a la comunidad el programa de aceleración del aprendizaje con niños y niñas. Tenemos un proyecto educativo institucional P.E.I en construcción permanente con un plan de mejoramiento con énfasis en lo pedagógico y clima escolar.
Nuestra esencia
El Proyecto Educativa Institucional (P.E.I) está centrado en la PERSONA, en el ser humano, base de la sociedad, de la convivencia, convocado a la FELICIDAD, donde la formación en valores humanos, posibilita el crecimiento espiritual y la exigencia académica, permitiendo la trascendencia en el aprender a ser, en el aprender a vivir juntos, conocer y hacer, convirtiéndose el proyecto educativo institucional en una propuesta INNOVADORA, con un plan de estudios estructurado en núcleos básicos de formación, donde todas las áreas se articulan a los proyectos institucionales, los cuales se desarrollan a partir de experiencias y practicas vivénciales, buscando formar SERES HUMANOS CON SENTIDO DE VIDA . Comprometidos con la excelencia, la calidad y la humanización de la educación, la institución educativa Pedro Estrada, esta trabajando por la construcción de un nuevo país en PAZ; promoviendo los valores de la participación, la organización, planeación y gestión, buscando la calidad integral, en su SER y su quehacer. Somos una institución de experiencias significativas: 2004 en competencias ciudadanas con el proyecto Ruta de la convivencia donde se participó en el foro Nacional y Municipal, y en el 2006 en competencias matemáticas.
¿Quién fue Don Pedro Estrada? 1881-1956
La Institución Educativa Pedro Estrada, que orgullosamente lleva su nombre, porque Don Pedro, mediante generosa donación hizo posible su construcción, rinde un homenaje de reconocimiento y gratitud a quien hizo posible el acceso a la educación para niños y niñas de Itagüí con tanto amor como si fueran sus propios hijos e hijas en aquellos momentos en los cuales Antioquia impulsaba su desarrollo con trabajo honesto y tenaz
La Institución Educativa Pedro Estrada, que orgullosamente lleva su nombre, porque Don Pedro, mediante generosa donación hizo posible su construcción, rinde un homenaje de reconocimiento y gratitud a quien hizo posible el acceso a la educación para niños y niñas de Itagüí con tanto amor como si fueran sus propios hijos e hijas en aquellos momentos en los cuales Antioquia impulsaba su desarrollo con trabajo honesto y tenaz
Su legado
Con el ánimo de rendir profundo homenaje a su memoria, nos dimos a la tarea de consultar con toda la comunidad educativa y líderes del municipio, como Don Antonio Franco y familiares que aún viven, sus principales datos biográficos, pues la intensidad de su vida requeriría amplios volúmenes de texto para conocer su personalidad y sus obras. Con la información suministrada por su familia (Teresa Maria Estrada) presentamos la siguiente síntesis: Don Pedro Estrada González nació en el municipio de Itagüí en 1881 en el hogar de don Antonio Estrada y doña Margarita González, allí vivió e hizo los estudios primarios, luego ingresó a la Normal de Varones de Medellín, donde se graduó de maestro a la edad de 19 años, pero no ejerció la docencia porque se ofreció como voluntario a las filas de soldados que participaban en la guerra de los mil días, donde fue aceptado y alcanzó los grados de capitán y luego ascendido a coronel para que no se retirara del servicio activo, pero decidió más bien dedicarse a las actividades particulares después de dos años de servicio. Tenía 21 años cuando se inicia en la vida de los negocios como modesto comerciante en el municipio de Itagüí, en ese entonces era un ciudadano muy pobre; no contaba con herencias o legados de familia, sino con su capacidad de trabajo y sus valores familiares. Luego se trasladó a Medellín, y más adelante a Jericó, para trabajar con una prestigiosa firma, de la cual fue su representante para el suroeste antioqueño. En Jericó contrajo matrimonio, a la edad de 26 años, con la dama jericoana doña Teresa Gómez Restrepo, en cuyo hogar nacieron Los hijos: Graciela, Luis Carlos, Margarita, Juan, Guillermo, Rosario y Lorencita. Después de su matrimonio regresó a Medellín y se instaló por su propia cuenta en la exportación de café. Luego se vincula a la industria antioqueña como miembro de las juntas directivas de diversas empresas, de las cuales se constituye en accionista, dirigente y consejero, siendo calificado como un verdadero abanderado del progreso, que por sus cualidades excepcionales era consultado frecuentemente para tomar las más complejas e importantes decisiones. Su amplio recorrido e impulso a la empresa antioqueña lo inicia con la firma Londoño Hermanos, luego siendo miembro de la directiva de la Compañía Colombiana de Tabaco, Cementos Nare, dirigente de la Compañía Nacional de Chocolates, Cine Colombia, Naviera Colombiana, Seguros y Urbanización, Industria de Maderas y Rosetón. Fue cofundador del Banco Industrial Colombiano y de la Suramericana de Seguros; colaborador de la Compañía Ganadera Antioqueña y Gerente de Coltejer; además, concejal del municipio de Medellín. Vivió su fe con intensidad cristiana, distinguiéndose por su labor humanitaria como miembro de diversas asociaciones religiosas y de beneficencia, entre ellas la Sociedad de San Vicente de Paúl, la Acción Católica y la Escuela de Servicio Social. La Santa Sede, como reconocimiento a su cristiana vida y por el celo demostrado en la defensa de los santos lugares, le confirió la Orden de Caballero del Santo Sepulcro. Se vinculó con sus aportes generosos, al sostenimiento de las salas-cunas en Medellín, para la Universidad Pontificia Bolivariana, para la Normal de Señoritas, para la Acción Católica, para la Escuela de Servicio Social, lo mismo que para otras entidades, ayudando a la construcción de muchos templos y hogares para marginados y necesitados.
Con el ánimo de rendir profundo homenaje a su memoria, nos dimos a la tarea de consultar con toda la comunidad educativa y líderes del municipio, como Don Antonio Franco y familiares que aún viven, sus principales datos biográficos, pues la intensidad de su vida requeriría amplios volúmenes de texto para conocer su personalidad y sus obras. Con la información suministrada por su familia (Teresa Maria Estrada) presentamos la siguiente síntesis: Don Pedro Estrada González nació en el municipio de Itagüí en 1881 en el hogar de don Antonio Estrada y doña Margarita González, allí vivió e hizo los estudios primarios, luego ingresó a la Normal de Varones de Medellín, donde se graduó de maestro a la edad de 19 años, pero no ejerció la docencia porque se ofreció como voluntario a las filas de soldados que participaban en la guerra de los mil días, donde fue aceptado y alcanzó los grados de capitán y luego ascendido a coronel para que no se retirara del servicio activo, pero decidió más bien dedicarse a las actividades particulares después de dos años de servicio. Tenía 21 años cuando se inicia en la vida de los negocios como modesto comerciante en el municipio de Itagüí, en ese entonces era un ciudadano muy pobre; no contaba con herencias o legados de familia, sino con su capacidad de trabajo y sus valores familiares. Luego se trasladó a Medellín, y más adelante a Jericó, para trabajar con una prestigiosa firma, de la cual fue su representante para el suroeste antioqueño. En Jericó contrajo matrimonio, a la edad de 26 años, con la dama jericoana doña Teresa Gómez Restrepo, en cuyo hogar nacieron Los hijos: Graciela, Luis Carlos, Margarita, Juan, Guillermo, Rosario y Lorencita. Después de su matrimonio regresó a Medellín y se instaló por su propia cuenta en la exportación de café. Luego se vincula a la industria antioqueña como miembro de las juntas directivas de diversas empresas, de las cuales se constituye en accionista, dirigente y consejero, siendo calificado como un verdadero abanderado del progreso, que por sus cualidades excepcionales era consultado frecuentemente para tomar las más complejas e importantes decisiones. Su amplio recorrido e impulso a la empresa antioqueña lo inicia con la firma Londoño Hermanos, luego siendo miembro de la directiva de la Compañía Colombiana de Tabaco, Cementos Nare, dirigente de la Compañía Nacional de Chocolates, Cine Colombia, Naviera Colombiana, Seguros y Urbanización, Industria de Maderas y Rosetón. Fue cofundador del Banco Industrial Colombiano y de la Suramericana de Seguros; colaborador de la Compañía Ganadera Antioqueña y Gerente de Coltejer; además, concejal del municipio de Medellín. Vivió su fe con intensidad cristiana, distinguiéndose por su labor humanitaria como miembro de diversas asociaciones religiosas y de beneficencia, entre ellas la Sociedad de San Vicente de Paúl, la Acción Católica y la Escuela de Servicio Social. La Santa Sede, como reconocimiento a su cristiana vida y por el celo demostrado en la defensa de los santos lugares, le confirió la Orden de Caballero del Santo Sepulcro. Se vinculó con sus aportes generosos, al sostenimiento de las salas-cunas en Medellín, para la Universidad Pontificia Bolivariana, para la Normal de Señoritas, para la Acción Católica, para la Escuela de Servicio Social, lo mismo que para otras entidades, ayudando a la construcción de muchos templos y hogares para marginados y necesitados.